Cada viernes me gusta aportar un pequeño granito de arena en esto de
ayudar en el amor de tantos jóvenes (y no tan jóvenes). Por alguna razón
hay toda una generación que cree que la mejor forma de conquistar a una
mujer es mostrándose “espiritualoides”. Y no hay peor cosa para una
dama que un hombre le salga conversículos bíblicos (y mantengo esta
opinión aunque algunos quieran quemarme en una hoguera pública) o le
diga cosas como: “Siento cosas por ti…pero por ahora lo estoy orando” o
“¿Por qué no tomamos un tiempo para orar para confirmar si lo nuestro ha
nacido en el corazón del Señor?”, esta última frase suele ser muy
trillada, pero a mi siempre me costó entenderla.
Se supone que si la amas, la amas y punto; o ya oraste antes, u orarás
durante el tiempo que te tarde en conquistarla, pero no creo que a ella
la enamore porque le digas la frase “te estoy considerando en oración”;
porque suenas a un beduino que no está seguro si finalmente va a
comprarse el camello o no. No debe haber algo que mate la pasión mas que
eso. Insisto: ora todo lo que necesites orar, pero no trates de
conquistarla diciéndoselo! Suena a: “No te ilusiones mucho…aún lo estoy
orando, no quiero meter la pata”. Esa inseguridad es la que espanta las
pocas posibilidades que una mujer se enamore. O la amas o no la amas, no
existe la zona gris. Si la amas, pelea hasta la muerte por ella, si no
la amas…no tienes de que preocuparte.
Que quede claro que no estoy en contra de la oración, pero me enferma
escuchar a esos tipos que “le dejan el trabajo a Dios” y me dicen cosas
como: “Si es ella es para mi, yo se que tarde o temprano Dios me la va a
dar” (¿?) O sea que según su teoría, una de estas noches la va a
agarrar el Espíritu Santo por la fuerza y se la va a tirar a sus
pies…solo porque el está orando! Que haga lo mismo con el estudio (que
ore y el profesor le diga que no hace falta rendir examen, que ya
“sintió” de Dios que el estudió), que tampoco busque empleo (que ore y
que los empleadores lo vengan a buscar a su casa). No señor, Dios
bendice al varón valiente y esforzado, no al cobarde y afeminado.
Por otra parte, ¿Quién les metió esa idea cobarde y pusilánime en la
cabeza que si parecen mas espirituales, ellas se van a enamorar? Si
realmente eres espiritual, tarde o temprano ella lo va a notar, cuando
la respetes, la valores, la dignifiques y por sobre todo, cuando la
conquistes como un hombre, tal como Dios te creó para que fueras. Ella
necesita tener un hombre al lado, si quisiera saber mas de la Biblia, se
compraría una concordancia.
Muchachos, a las mujeres se las conquista por el oído, ese es el
verdadero “punto G”, quien busque más abajo, solo está perdiendo el
tiempo. Palabras, detalles, conversación, encanto, sensibilidad. No hay
nada que seduzca mas a una mujer que un caballero a la antigua: gentil,
amable, varonil (no macho retrógado, dije varonil), alegre, refinado,
comunicativo, sencillo, interesante, romántico, prudente, temerario,
previsible, detallista (recordar cada palabra que ella te dice es vital)
misterioso, seguro, que siempre huela bien (determinante) y cierto
toque de “niño desprotegido” (no te confundas, dije “cierto toque” que
despierte su instinto maternal de cuidarte, no un niño para criar). Que
la haga reír, pero que también la haga sentir segura.
Y no me salgas con: “¿Y si me rechaza, cómo hago para soportarlo?”; se
hombre, che! Si te rechaza, lo soportas a lo hombre, a lo macho. Tienes
dos opciones únicas: O sigues insistiendo hasta que se enamore
perdidamente de ti, y si no lo logras, te la quitas de la cabeza y del
corazón, pero por lo menos vas a bajar a la tumba sabiendo que le
dijiste todo lo que sentías y que si no pudo ser, fue porque ella no te
amó, y no porque fuiste un cobarde. No puede ser que haya tantos tipos
que le tengan miedo al rechazo o a un “no”. La mayoría de las mujeres se
sienten halagadas cuando alguien les declara su amor, y si no sienten
lo mismo que el, no se quedan pensando: “Qué tipo idiota”, todo lo
contrario, lo primero que piensan es: “Cómo quisiera estar enamorada de
un hombre así!”.
Ellas sucumben y se derriten por alguien que endulce sus oídos, y los
amigos que te digan que eso es cursi, es porque son unos energúmenos que
se van a morir solos como una ameba sino aprenden el secreto para
derretir el corazón de una mujer. (Y no me importa que alguno de esos
“espiritualoides” aparezca en este perfil comentando: “¿Y dónde queda la
Palabra de Dios?”; porque al fin y al cabo, la Palabra de Dios se ve
reflejada en lo que somos, y a juzgar por como hablan o escriben
algunos, parecen que leyeran el manual del cavernícola, en vez de la
Biblia, porque cuando de verdad lees la Biblia, el libro de Cantares,
por ejemplo, una de las tantas cosas que aprendes es a ser un caballero y
un romántico empedernido).
Y también están los otros, esos que ya están casados y como en el fondo
les importa un cuerno tus sentimientos, te aconsejan desde un púlpito:
“Deje de andar regalándose y espere la voluntad de Dios!”, total ellos
ya tienen la vida resuelta (o lo que es peor, tal vez están resignados a
estar casados con alguien a quien no aman).
Así que, como ya llevamos varios viernes con este tema y entramos en
confianza, permíteme regalarte una suerte de carta (que puedes cambiar,
agregar o quitar lo que te plazca) siempre y cuando cuides la esencia,
que es derramar tu corazón sincero con las mas bellas palabras. Se las
puedes mandar o mínimamente, aprenderte un par de oraciones de memoria;
dicho sea de paso, el viernes pasado un soltero escribió: “Puf! Se que
esto está muy bueno…pero es mucho para leer!!!” (otro “analfabeto
sentimental” que se va a quedar para vestir santos, si le da pereza leer
un post, me lo imagino tratando de conquistar a alguien; esperemos que
por lo menos tenga la delicadeza de bañarse de vez en cuando).
Volviendo al tema, olvídate de los versículos bíblicos (por lo menos al
intentar decirle que la amas) y descarta de plano las frases que
empiecen con: “Dios me mostró…” “Dios me dijo que tu y yo…” o “Siento de
parte de Dios que nosotros…”. Cuando ella te corresponda, ya vas a
tener suficiente tiempo de contarle que tu sueño es ser misionero entre
los reducidores de cabezas en algún continente perdido o que tu clímax
en la vida es grabar un disco con el salmista Fulanito; lo que ahora
tienes que hacer, es lograr construir un puente que te lleve directo a
su corazón.
Entre nosotros, Dios ya te equipó desde que naciste y El no va a hacer
TU trabajo. Somos varones de nacimiento, pero caballeros por opción.
Hazla sentir especial, deseada, única…y todo lo demás (como caer
enamorada y rendida en tus brazos) llegará solo.
Acá te regalo un par de ideas para atravesar su corazón y lo que es mejor, quizá quedarte con el:
“Apareciste sin avisar, mi vida se completó y ahora finalmente todo
tiene sentido. El brillo de tus ojos, tu aliento, tu perfume…hacen
palpitar mi corazón. No podría vivir sin ti. Gracias por existir, de no
haberte conocido, te inventaría tal como eres. Es difícil creer que no
te ame toda la gente sólo con verte, ¿O solo es algo que me pasa a mi?
Me da igual que seamos diferentes, que pensemos distinto, que no seamos
compatibles...pero me basta coincidir contigo en querer estar juntos
para siempre. Haces que quiera mejorar cada día. Tú has cambiado el
argumento de mi vida. Estoy hecho a tu medida, si me faltas estoy
incompleto. Oír tu nombre me estremece, pronunciarlo me alivia, llamarte
me agita.
Eres todo para mi: amiga, compañera, confidente, cómplice, comprensiva,
leal, tierna, amante, femenina, infinita y humana. Tú y yo no
necesitamos palabras, con mirarnos sabemos todo el uno del otro; cada
vez que miras, desnudas mi alma. Cuando te veo, sueño, y, cuando sueño,
te veo. Cuando miro tus ojos me tiemblan las piernas, me da un vuelco el
corazón, se me agita la respiración... ¿será porque te amo? Te lo voy a
decir sin mas vueltas: no hay cosa en el mundo que me hiciera más
feliz, que envejecer junto a ti.
Me encanta cuando ríes, me encanta cuando lloras, cuando hablas, te
emocionas, te muerdes los labios, te entristeces, cuando gritas,
suspiras, revoleas los ojos, empalideces, te sonrojas…me encantas toda.
Mis ojos te miran diciéndote que te amo profundamente. ¿Para que quieres
que te diga que te amo, si mis ojos te lo dicen a gritos? Si mis ojos
ya te lo dicen, no le pidas a mis labios una explicación”
Derrítela de amor y luego me cuentas que pasó. …De nada.
(El próximo viernes les escribo solo a ellas).
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